Tengo que confesarte, que aunque yo quise encantarte me encantaste tú primero.


Perchè non c'è nessuno al mondo che ti ama tanto quanto ti amo io!

En la cuerda floja.

Cuando uno piensa en el amor, piensa en los amores de su vida, en amores tranquilos, o en amares tiernos, por que así han sido los pocos amores de mi vida, y es que yo he sido de enamorar a golpe de pico y pala, de horas en el portero automático y de tardes de domingo en el cine, de echar distancias, y de meses y meses hasta el primer beso. No todos los amores son así, los hay de todo tipo, amor inesperado, amor imposible, amor clandestino, y por supuesto amor loco. Un amor que todo el mundo debería tener derecho a probar, aunque sea una sola vez en la vida, un amor que te deje en la cuerda floja, al límite entre la cordura y la razón, entre el amor y la locura propiamente dicha.


He leído que cuando nos reímos utilizamos 15 músculos de la cara. Aunque no nos demos cuenta quince músculos se mueven a la vez. El mismo artículo decía que cuando gritamos usamos 13 músculos; y cuando andamos en bicicleta, 9. Al parecer cuando besamos a alguien es cuando más músculos se mueven: 34 músculos. El artículo no lo decía pero existen muchas clases de besos: besos de pasión, besos de amistad, besos que no dicen nada y otros que lo dicen todo. Quizás por eso un beso signifique tantas cosas porque después de darlo no es necesario hablar, está dicho todo.

Amor.

Sabe lo que no es normal, ¿ustedes quieren que les diga lo que no es normal?
No es normal pensar que hacer el amor es pecado, no es normal pensar que Dios no quiere darles bien a los homosexuales, no es normal que la iglesia oculte abusos de niños ni que los sacerdotes no se puedan casar. No es normal la riqueza del Vaticano, ni los anillos ni el oro ni el dinero tirado en campañas de publicidad, ni todo ese cuadro absurdo, mientras 30 millones de personas se contagian de sida en África por no usar preservativo, señores, Dios, Dios nos hizo con dos brazos y con dos piernas, también no hizo con la capacidad de amarnos, de querernos, de tocarnos, de sentir con la yema de los dedos un pecho acelerado por la excitación y eso señores, eso, eso no puede ser pecado, no es fácil y ustedes señores, se empeñan en hacerlo más difícil y en revesarlo como si no nos bastáramos nosotros mismos, como si no se bastara la propia humanidad para complicarlo todo. Señores porque amar, amar es entender también el rechazo, entender que te van a hacer daño, entender que vas a sufrir, vas a llorar, y es entender que las cosas son muy distintas al sacramento del matrimonio, o sea hoy te casas y vives feliz para toda la vida, falso. Señores, es falso señores, por mucho que vayan ustedes proclamándolo saben que creo, creo que ustedes no saben lo que es el amor, porque si algo he aprendido en estos años es que si apretar un cuerpo hasta convertirse en uno, si eso es pecado, señores, yo soy pecadora.

Porque el único dios en el que creo es el amor.

Se acaban.

El papel higiénico se acaba, las películas se acaban, hasta el puto mandato de Bush se acaba, y las relaciones también se acaban.

Te quiero.

Dicen los neurólogos que olvidar el primer amor es casi imposible, que un olor, una canción o cualquier pequeño detalle puede volver a despertar ese sentimiento.

Al límite.


A 100 km/h, con las sirenas puestas y en sentido contrario.